Educamos en práctica psicomotriz educativa permitiéndole al niño a construirse desde sí mismo y a tener una base madurativa lo más armónica posible, entendiendo que la maduración es previa al aprendizaje.

EL PROYECTO

El colegio San Viator lleva implantando este método durante más de 12 años con excelentes resultados. Cuenta con dos salas de psicomotricidad, una para el primer ciclo de Educación Infantil y la otra para el segundo ciclo de Educación Infantil.

Así mismo, la etapa dispone de un asesor, Juan Cruz Polentinos, que acude una vez a la semana al centro para llevar a cabo un seguimiento del alumnado de Educación Infantil. Este profesor, psicomotricista y terapeuta psicomotor ejerce de acompañante para facilitar la evolución y el crecimiento del alumnado y del profesorado desde sus necesidades individuales.

OBJETIVOS

  • Crear un clima de acogida y de seguridad para el alumnado que favorecerá la adquisición del conocimiento de sí mismo y la adquisición de los aprendizajes.
  • Formar al profesorado para que creen un entorno donde se contemple la observación, la reflexión y la comprensión de las necesidades afectivas y de los comportamientos emocionales de los alumnos.

METODOLOGÍA

La práctica psicomotriz es un proceso de ayuda que acompaña al niño en su propio itinerario madurativo. Itinerario que va desde la expresividad motriz y el movimiento hasta el acceso al pensamiento. Esto permite la descentración de sus emociones y fantasías.

“El acceso a la capacidad de descentración permite al niño/a hacer un análisis cognitivo de las cualidades de los objetos, de los parámetros espaciales y temporales; realizar asociaciones, comparaciones y agrupamientos; ordenar los objetos según diferentes criterios, categorías y clasificaciones; y crear espacios mediante la utilización de estrategias basadas en la lógica acercándose a través de ellos a la lógica matemática y al pensamiento operatorio”. (Piaget, 1969).

En consecuencia, nuestro proyecto educativo entiende al niño/a como un ser único, con una expresividad propia, ofreciéndole la posibilidad de existir como sujeto diferente, portador de su historia personal y de unas competencias determinadas.

En definitiva, estamos hablando de un proyecto de ayuda individualizado para cada alumno/a, que implica acompañarlo en su propio recorrido, partiendo de sus recursos y potencialidades. La práctica psicomotriz respeta las potencialidades de cada individuo y su derecho a tener un lugar en la sociedad.